martes, 3 de noviembre de 2015

Endocarditis bacteriana y salud bucal.

Las caries son provocadas por acumulación de bacterias en la cavidad bucal durante un período de tiempo prolongado. Estos cúmulos de bacterias pueden pasar al torrente sanguíneo, provocando enfermedades como es la endocarditis bacteriana.



La endocarditis bacteriana es una inflamación del endocardio, y las válvulas cardíacas son las zonas más afectadas dicha enfermedad. 
La endocarditis bacteriana es producida por una infección por bacterias que entran al torrente sanguíneo. Normalmente el afectado no suele ser consciente de estos focos de infección como es el caso de las acumulaciones de sarro en las encías, o en el caso de la colocación de catéteres en los centros médicos, donde las bacterias llegan fácilmente al torrente sanguíneo, sin tener el afectado molestia alguna.

La gravedad de la endocarditis depende de lo agresivo que resulte la bacteria, cuando llegan al corazón el lado más afectado por la enfermedad suele ser el izquierdo.

El tratamiento para esta enfermedad debe ser ajustado al agente que la produce, es decir, que si la infección está localizada en la cavidad bucal, producida por acumulaciones de sarro, éste, tras ser eliminado deberá tratarse al paciente con antibióticos, puesto que dichas bacterias podrían haberse introducido al riego a través de cualquier pequeña herida. Si la infección es provocada por cuerpos extraños contaminantes como son las válvulas infectadas, será necesaria una nueva cirugía, aumentando la probabilidad de curación, administrándole simultáneamente un tratamiento con antibióticos. Si la cirugía y antibiótico no fuesen suficientes, provocando nuevas complicaciones, entonces será necesario el reemplazo de dichas válvulas.

Hay infecciones bacteriana que están lejos de nuestro control para evitarlas como paciente, como es el caso de contagio tras cateterismo, o por implantes de válvulas cardíacas Pero si que está en nuestra mano minimizar el riesgo de endocarditis bacteriana por infección de bacterias procedentes de acumulaciones de sarro o grandes caries. Una buena salud bucal nos puede prevenir la endocarditis bacteriana.
Una persona que padezca de gingivitis o caries no implica necesariamente que vaya a padecer endocarditis bacteriana, pero tiene altas probabilidades si reúnen los siguientes síntomas, como encías rojas, blandas o hinchadas, sangrantes, halitosis, etc.
Según la Academia de Odontología General, recomienda visitar al dentista como mínimo dos veces al año, para revisión.


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